Día de aviones

Lo malo de coger un avión a las 6 de la mañana es que haciendo la maleta te acabas acostando a las 12 y media y ya te suena el despertador a las 3:30.

Me he echado siestas que han durado más.

Y lo malo de dormir tan poco es que tal como te sientas en el avion, te duermes. Completamente frito. Hasta que 3 horas despues, en el descenso hacia el aeropuerto de amsterdam te despiertas de golpe porque te va a reventar el timpano. Un dolor insoportable sentia en mi oído derecho, y no llevabamos ni 3 horas de vacaciones. Mi experiencia buceadora descartó rapidamente la narcosis y la saturación de hidrogeno, lo único que podia pasar es que tan dormido que estaba mi cuerpo se había olvidado de descomprimir los oidos al bajar, y ahi estaba yo, comprobando cada 5 minutos que mi oreja no sangraba.

Suena cómico, pero nos tuvimos que dirigir al puesto de primeros auxilios del aeropuerto de Amsterdam a que me atendieran por el, media hora despues, ligero dolor a la altura del oído.

Tras comprar un spray de esos que descongestiona todo lo descongestionable, y de cambiar unos euros a indonesian rupees y malasyan currency,hemos cogido el vuelo hacia Kuala Lumpur. Malasia Airlines no es la mejor compañia en la que hemos volado, pero nos siguen encantando las bandejas de comida precocinada con un monton de compartimentos con alimentos envasados. A Gemma todavía le dura la emoción, no siempre se puede ver Pa Negre en català en un avión asiático!! Apostaríamos algo que en Iberia no está.

Llegada a Kuala Lumpur (donde estan los Kualas?), inmigración, bus al aeropuerto lowcost, cheking en Airasia, inmigracion otra vez y ahora a pasar el tiempo con el wifi gratis (max 2 hours) hasta que salga nuestro vuelo a Balikpapan.

Asi que ahora estamos nosotros, con nuestras bambas de trekking, nuestros pantalones de bolsillos y nuestras mochilas Salomon entre todos los malayos en Levis, tejanos y gafas de marca. Estamos preparados para matar un león con nuestras manos si hace falta, pero por aqui solo vemos el cocodrilo de Lacoste.

Ah, que se me olvidaba: Un consejo de alguien que ha viajado tanto como buceado: Deja siempre un hueco en la mochila de mano para robar la manta del avión.